jueves, 9 de febrero de 2006

Días y daños


Hay días,

casi siempre no amanecidos,
en los que me arrojo contra mí mismo.
Aunque nadie lo sepa.
Y unto mi mano en sal
y la adentro en mi pecho.
Me pierdo el respeto.
Reniego de mí.
Me alejo.
No me reconozco.

Luego reniego del hombre,
de todos los hombres.
Y me distancio tanto de ellos
que no me veo en su sombra.
Entonces, de nuevo,
me hago daño
y me arrojo contra mí mismo.
Y veo que hago mal,
que me hago mal,
pero lo necesito,
y hundo aún más mi mano,
y abro mis dedos
hasta arrancar el himen de mi culpa.
Y me agoto,
y veo unos ojos
que miran desde la extrañeza.
Y me veo.

Entonces me tapo
y me acompaño en silencio
hasta que puedo reencontrarme.

1 de febrero de 2006

1 comentario:

  1. El reflejo del espejo descubre un enigma para mi, dibuja unos ojos extraños y a la vez tan cercanos. Ante mi asombro descubro mi cuerpo, intento mudar mi piel arrancándomela y anhelo
    devorar la vida.¿Qué hay detrás de esos ojos? ¿cuál es el secreto? ¿qué espero? apago la luz y continuo viviendo en mi mundo sereno de verdades a medias. Bienaventurado eres, si logras reencontrarte
    Hay días.....

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