A la espalda del desamor,
donde todas las cosas
tienen tu nombre,
hay una mano que ha aprendido
a hacer nubes rojas.
Y, tras ella,
un aprendiz de poeta
que ha aprendido a verte
aprendiendo a mirarte
y una habitación verde
donde poder elegir perder el tiempo.
donde todas las cosas
tienen tu nombre,
hay una mano que ha aprendido
a hacer nubes rojas.
Y, tras ella,
un aprendiz de poeta
que ha aprendido a verte
aprendiendo a mirarte
y una habitación verde
donde poder elegir perder el tiempo.
Aquella terraza también tiene tu nombre
24 de mayo de 2006
24 de mayo de 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario