Se vacía el bar.
Cada vez menos.
Se vacía el reloj.
Cada vez menos.
No sé que haré mañana.
Ahora me esperan en casa.
Nunca sabrán que nunca estuve,
que, quizá, estuvo mi cuerpo...
Hay soledades que llaman
con la voz de la compañía.
Nunca nadie sabrá nada.
Feliz año 2007
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