lunes, 5 de febrero de 2007

Manhattan


Si cayó la muerte sobre Manhattan
tras el vuelo de los pájaros de odio,
por qué sorprenderme yo, tan insignificante,
con el vacío de la nada,
con la sombra del aire
o con el no ruido de todos.
Por qué sorprenderme si comienzo a morir.

¿Qué importancia tiene este vivir
en el que ya ni yo mismo vivo
o que con los que junto a mí habitan
haga noches que no cohabito?

Si la muerte se atrevió con Manhattan
por qué sorprendernos si se atreve conmigo.



Inspirado en el poema-canción Torres de Manhattan,
de Quique González (Pájaros Mojados, 2002)

No hay comentarios:

Publicar un comentario