Los astros tiritan en el alto cielo.
La ciudad calla. Nadie sabe que el regional
acumula trazas de retraso.
La ciudad calla y,
oh, mi muchacha pequeña,
nadie me alivia con los besos que nacen
en las manos.
Mis diálogos saben tanto de soledad
como de trenes con retraso.
Solo me escucha un ciprés sin perfil.
Y tú callas como la ciudad más distante.
La ciudad calla. Nadie sabe que el regional
acumula trazas de retraso.
La ciudad calla y,
oh, mi muchacha pequeña,
nadie me alivia con los besos que nacen
en las manos.
Mis diálogos saben tanto de soledad
como de trenes con retraso.
Solo me escucha un ciprés sin perfil.
Y tú callas como la ciudad más distante.
A Fco Vélez Nieto.
Inspirado en “Pensando en ti”,
de Dragutin Tadijanovic.
Sobre la luz cenital del albor,
ResponderEliminarhay un rastro de frío sereno
que se entretiene asomando
la claridad en los espejos.
Trozos de cielo encendido
sobre la faz del universo,
la lejanía de tu palabras
hacen huecos de silencio.
El tren,
deshoja las raíces del tiempo.
un saludo afectuoso de paz, poesía y libertad.
Pedro Luis Ibáñez Lérida
Qué sorpresa, versos nuevos :)
ResponderEliminarLas participaciones me las reservo para un momento de tiempo.
Me gustó mucho este poema.
Un beso!!!