miércoles, 8 de octubre de 2008

La guerra

Tras el bombardeo
desaparecieron de la ciudad
las calles y sus cruces.
Ningún extranjero la podría
haber reconocido.
Los niños,
en su mayoría huérfanos entonces,
olían, unos a orín,
otros, a excremento,
todos, a miedo.
Las mujeres lloraban humo y polvo.
Un par de ellas acababan de parir
hijos con los ojos cerrados
y un color azulino frío.
Los viejos apedreaban las sombras
de los aviones.
Los hombres también lloraban.
Un par de ellos acababan
de ver a su hijo nacer ya muerto.
Inspirado en S.,
novela gráfica de Gipi.

1 comentario:

  1. me gusta mucho cómo se refleja la guerra en tus palabras, cómo se posan en primer plano en los seres humanos que la sufren. Cada vez que veo en televisión una imagen de una persona rota por una guerra, me obligo a pensarla con nombres, apellidos y una historia vivida y por vivir, para no congelarme por la costumbre.
    Gracias.

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