Versión A:
La nada es un campo de minas
pleno de sueños
y hombres sin ojos.
Sus cuencas son niños silentes.
Es por eso que, entre el dolor y la nada,
siempre he elegido el dolor.
pleno de sueños
y hombres sin ojos.
Sus cuencas son niños silentes.
Es por eso que, entre el dolor y la nada,
siempre he elegido el dolor.
Versión B:
La nada es un campo de minas
pleno de sueños
y hombres sin ojos.
Sus cuencas son niños silentes
pleno de sueños
y hombres sin ojos.
Sus cuencas son niños silentes
que quisieron jugar en casas vacías
y quedaron descuartizados, ensangrentados
y en espera
en los trozos de cristal
que perfilaban las tapias
(su sangre en las paredes).
Es por eso que, entre el dolor y la nada,
siempre he elegido el dolor.
Es por eso que, entre el dolor y la nada,
siempre he elegido el dolor.
Ustedes eligen.
Y me ayudan a seguir.
Idea tomada de aquí
La crónica y eterna cuestión amigo...
ResponderEliminarUfff, si me tengo que decantar por una, necesito un poco de tiempo. Ayer hubiera elegido una versión, hoy... otra.
ResponderEliminarPues sí, a veces es el dolor el que hace que te sientas vivo.
ResponderEliminarY sobre la elección: la vida es decidir, elegir...
Y ¿por qué no pueden valer los dos?
ResponderEliminarPaso de elegir, ML. Ración doble. No de dolor, sino de (buenos) poemas, claro.
Quedarse con los dos es otra elección.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Viniendo de quien vienen, ayudan a seguir.
Ya sabes que te debo un acto de presentación.