La noche quería ser larga.
Tú dormías.
También dormía el alba.
Dejé entonces que el tiempo,
empujado por él mismo,
destiñera la noche
con la sangre de mis entrañas.
Despertaste
cuando aún dudaba la mañana.
Obligaste a parar el tiempo sobre mí.
Nos hicimos silencio,
nos deshicimos caricias,
nos rehicimos miradas...
para deshacernos en los pies de la noche
que quería ser larga.
Tú dormías.
También dormía el alba.
Dejé entonces que el tiempo,
empujado por él mismo,
destiñera la noche
con la sangre de mis entrañas.
Despertaste
cuando aún dudaba la mañana.
Obligaste a parar el tiempo sobre mí.
Nos hicimos silencio,
nos deshicimos caricias,
nos rehicimos miradas...
para deshacernos en los pies de la noche
que quería ser larga.
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