lunes, 6 de noviembre de 2006

La dictadura del siglo XXI

Ha anochecido,
pero aún no es de noche.
Comienza a llover.
Salgo sobre mis piernas.
Corro.
Acompaño a coches,
algunas motos
y personas por reinventar
sobre vértebras de asfalto.
Corro.
Llueve sobre mí.
Me recorro.
Es esta
mi (nuestra) única manera
de sentir la naturaleza.

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