jueves, 27 de marzo de 2008

Una parada antes de seguir

Se deshace claro el día.
Ahondamos en su virgo
y somos profusos en ello.

Cada mañana sombras
reniegan de los cuerpos,
me indicas.

Comienza a llover.
Los cristales toman ese halo de melancolía
que envilece a la soledad
de manicomios y prostíbulos.

Apenas vemos la calle.
Admitimos nuestra temporalidad.

Se deshace claro el día.
Oigo el viento nacer en tu cara
aún cuando la lluvia
reposa versos en los cristales.
Hablamos del color
que darás
a cada una de las cosas.

Se deshace claro el día.

Tú esperas paciente
el próximo albor
lleno de palabras.


A Juanjo.
En tu ejemplo, amigo,
me haces pequeño.
Besos.

1 comentario:

  1. Hermano de La Poesía:

    recibe, como siempre, ese aliento de creatividad y emoción desde éste Amigo, que se incorpora a tu texto para proveerte de cuánto tenga y te sea necesario para cabalgar a grupas del verso...y de la vida.

    ¡¡Adelante, siempre adelante, aun con espuelas de papel...!!

    Un saludo correligionario de paz, poesía y libertad.

    Pedro Luís Ibáñez Lérida.

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