miércoles, 29 de abril de 2009

Vivir

Se reduce todo a vivir,
aunque sólo sea por un instante,
un instante eterno
como el primer beso en la boca.
Se reduce todo, pues,
a escribir un poema por día
para así
intentar perpetuarnos entre vosotros.
Un poema en el que muramos
cada día
(aunque nadie lo perciba)
y que nos permita vivir, revivir
(aunque nadie lo perciba),
aunque sea solo por un instante,
un instante eterno
como el primer beso en la boca.
Un poema
donde hayamos dejado nuestra sangre
mientras los otros,
plenos en Su vivir,
renombran las lunas que creen ver nacer
en sus manos,
mientras aprenden nombres y palabras
que en su sonar
anestesian el dolor.


A Borja de Diego.
Por esto

2 comentarios:

  1. Exacto. Es que es así.

    Gracias, hermano, por la dedicatoria. Hace que uno se sienta menos solo y muerto. Se reduce todo a vivir, exactamente. Entre el dolor y la nada, recuerda (¿puedes subir ese poema, el que leíste en la maratón del Baratillo con chocolate?).
    Abrazos mil, cien mil gracias.

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  2. En cuanto lo encuentre...

    ¡Voy a por él!

    Un abrazo.

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